domingo, 1 de noviembre de 2015

Caleras de Villena

(Extracto del artículo publicado en la Revista Villena 2012, páginas 111-112, editada por el M.I. Ayuntamiento de Villena)


La cal ha sido una de las señas de identidad de nuestra ciudad, ya que hubieron explotaciones que se dedicaron a la elaboración de ese material constructivo, siguiendo métodos de producción artesanal. 

Los hornos de las caleras villenenses estaban hechos con piedras calizas mezcladas con barro, solían tener unos tres metros de diámetro y unos 5 o 6 metros de altura. Dependiendo del tamaño de los hornos podía ser mayor o menor su capacidad. En los de mayor tamaño cabían 40.000 kilos de piedra. La cocción tardaba unos tres días, durante los cuales había que suministrar leña cada 20 minutos aproximadamente, tanto de día como de noche, alcanzando temperaturas de hasta 1000 ºC. En todo este tiempo se consumía muchísima leña: unos 30.000 kilos aproximadamente. Cuando terminaba la cocción, había que esperar por lo menos un día y medio para que bajase la temperatura y poder empezar a sacar las piedras. La cal que se sacaba de los hornos se consumía en un 30 %, con respecto a lo que era al principio, debido al agua que se perdía en la cocción. Por este motivo, de un horno con una capacidad de 40.000 kilos de piedra se extraía algo menos de 30.000 kilos de cal. Después de sacar del horno todas las piedras de cal viva, se comercializaban en cahíces o al peso.

En la parte Norte del casco urbano de Villena existieron tres caleras con una producción importante. Todas estas han desaparecido totalmente, por distintos motivos. Se conoce la existencia de una calera en la actual calle Quintín Esquembre, que se derribó para la urbanización de la zona y la construcción de la Iglesia de la Paz. De esta antigua fábrica, que contaba con dos hornos de gran capacidad, únicamente se conserva el nombre de algunos bloques de vivienda de la zona, como es el caso de los edificios “La Calera”. Las otras dos caleras se encontraban en la Umbría de la Celada, junto al Cementerio Municipal: una estaba situada en el lugar donde está en la actualidad el Mesón “La Calera”, y tenía un horno; y la segunda a unos 200 metros hacia el Noreste. Ésta última tenía un horno, almacenes y foso.

Las caleras mencionadas anteriormente estaban regentadas por familias dedicadas a esta profesión, cuyo trabajo les había sido transmitido de sus antepasados desde tiempos remotos, contando en épocas de demanda de cal hasta con seis o siete trabajadores. Pero, estas explotaciones no fueron las únicas que existieron en nuestro municipio, ya que conocemos otras de tipo doméstico o de pequeña producción. Este segundo tipo de caleras están diseminadas por el término municipal. Se trata de pequeños hornos situados al pie de las principales elevaciones calcáreas de la zona, y posiblemente empleados para la obtención de material de construcción para las distintas viviendas rurales y pedanías de nuestro municipio. Estos hornos tenían menor capacidad que los existentes en las caleras, siendo utilizados por labradores de la zona y maestros de obras en épocas de necesidad de cal. Este tipo de hornos, ubicados en el medio rural, los encontramos en las cercanías de La Zafra, en las Lomas de Carboneras, en la Sierra de Salinas y en la Solana del Zaricejo.


Horno de cal de pequeño tamaño situado al pie de la Sierra de la Zafra. Foto: JGG

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